Latinoamérica destaca por la belleza, especialmente por sus playas, pero, si nos ponemos un poco más específicos, no cabe duda que México es el territorio consentido de solemnes paisajes oceánicos, que destacan por una flora y fauna majestuosa. Playa Balandra es un digno ejemplo de ello.
Un tesoro costero
En la península de Baja California Sur se encuentra el encanto natural de Playa Balandra, considerada la mejor playa de México, y la número dieciséis a nivel mundial según el ranking The World’s 50 Best Beaches. Cabe mencionar que dicho nombramiento ha captado la atención de miles de turistas alrededor del mundo, lo cual ha ocasionado ciertas restricciones de entrada.
En esta bahía vive una larga lista de especies endémicas como manglares, microalgas, cuencas, arrecifes, la víbora de cascabel y el halcón mexicano. Afortunadamente, la vida que reside en Playa Balandra está asegurada por la Comisión de Áreas Naturales Protegidas desde hace diez años.
Entre las joyas que guarda el tesoro de Balandra, están sus aguas cristalinas, la quietud de sus senderos, sus imponentes relieves montañosos y sus acogedores camastros. Todo esto, en un ambiente alejado del bullicio y la urbanización. Solo se respira calma total.
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Horarios y precios en Playa Balandra
Era de esperarse que un lugar lleno de sosiego, atesorado por la comunidad de la Paz, tendría ciertas restricciones para su visita. Pero no te preocupes, solo es cuestión de que ajustes tus horarios para coincidir con las horas de entrada a la playa.
Existen dos bloques de visita; el Bloque 1 es de 08:00 a 13:00 horas y Bloque 2 de 14:00 a 19:00 horas, con aforo de 400 personas por cada bloque. Estos señalamientos fueron establecidos por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Dirección de Área de Protección de Flora y Fauna Balandra.
La entrada para visitantes locales es gratuita y para los turistas tiene un costo de $60.00 pesos por día.
Hay que recordar que estamos hablando de un espacio considerado Bien de Patrimonio Mundial, por ello, es imperante que dentro de la experiencia quepa la admiración, pero sobre todo, el respeto a la vida que alberga.
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