En los últimos años, el turismo ha sido motor económico y cultural para muchos destinos alrededor del mundo. Sin embargo, cuando se vuelve excesivo y mal gestionado, puede transformarse en un fenómeno conocido como turistificación. México, con su inmensa riqueza natural, histórica y cultural, ha sido testigo de esta problemática en varios de sus destinos más populares.
¿Qué es la turistificación?
La turistificación es el proceso mediante el cual un lugar, originalmente habitado y diseñado para sus residentes, se transforma progresivamente en un espacio orientado casi exclusivamente al turismo. Esto implica cambios urbanísticos, económicos y sociales que a menudo provocan la expulsión de pobladores locales, la pérdida de identidad cultural, encarecimiento de servicios y deterioro ambiental.
A diferencia del turismo sostenible, la turistificación tiende a priorizar el beneficio económico inmediato sobre el bienestar a largo plazo de las comunidades locales y el equilibrio ecológico.
Destinos en México más afectados por la turistificación
1. Tulum, Quintana Roo

Lo que alguna vez fue un paraíso bohemio escondido, hoy es uno de los ejemplos más evidentes de turistificación en México. El auge del turismo de lujo, los complejos hoteleros y las fiestas han generado problemas de sobreexplotación de recursos, contaminación de cenotes y acuíferos, así como desplazamiento de comunidades mayas.
2. Ciudad de México

Estas zonas, históricamente residenciales, se han convertido en epicentros de la vida nocturna, el turismo gastronómico y el auge de los alquileres temporales como Airbnb. Esto ha encarecido las rentas, modificado el tejido social y generado tensiones entre habitantes tradicionales y visitantes temporales. Prueba de ello fue la marcha contra la gentrificación que se realizó recientemente en la CDMX.
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3. San Miguel de Allende, Guanajuato
La ciudad colonial ha sido galardonada como uno de los mejores destinos turísticos del mundo, atrayendo a miles de visitantes y residentes extranjeros. Aunque esto ha revitalizado la economía local, también ha disparado los precios de bienes raíces, haciendo casi imposible para los locales acceder a viviendas en el centro histórico.

4. Oaxaca de Juárez, Oaxaca
Conocida por su riqueza cultural y gastronómica, Oaxaca vive una creciente presión turística. El centro histórico se ha llenado de hoteles boutique y cafeterías, mientras que los mercados tradicionales enfrentan dificultades para sostenerse ante la competencia turística. Las comunidades indígenas también reportan impactos en sus territorios y formas de vida.

5. Valle de Bravo, Estado de México
Este destino de fin de semana para capitalinos ha visto un boom en desarrollos inmobiliarios y turismo de aventura. La presión sobre el lago y el entorno natural ha generado conflictos por el uso del agua, deforestación y una creciente división entre residentes permanentes y visitantes de alto poder adquisitivo.
La clave está en promover un turismo responsable y sostenible: fomentar prácticas de viaje que respeten a las comunidades locales, limiten el impacto ambiental y valoren el patrimonio cultural. Como viajeros, elegir alojamientos operados por locales, consumir productos regionales, respetar el entorno y entender las realidades de cada destino es esencial.