En las aguas del mar Egeo se encuentra Samos, una isla griega donde el sabor, la calma y la cultura se respiran día a día. Además, es el destino perfecto para las personas que disfruten de increíbles entornos naturales y también estén en busca de probar un buen vino.
Samos es una de las islas más grandes de Grecia y cuenta con puertos que hacen fácil la llegada, tales como los de Pitagorio, Vaci y Carlovasi. Su capital es Vathi y desde tu llegada podrás vislumbrar una gran cadena de montañas y llanuras que esconden toda una mágica variedad de naturaleza.
¿Qué hacer en la isla griega de Samos?
Samos cuenta con una historia interesante que, como algunas islas cercanas, tiene sus raíces dentro de la mitología griega. Se dice que fue en donde nació Hera, diosa de las mujeres y esposa de Zeus. Además, es el lugar de nacimiento del filósofo Pitágoras, también conocido como uno de los padres de las matemáticas.
Este destino no sólo ofrece una gran oportunidad para disfrutar del mar cristalino y vistas pintorescas gracias a sus botes coloridos y casas rústicas, sino que cuenta con varios sitios de interés, desde capillas y conventos hasta viñedos.
En el pueblo costero de Kokkari se puede tomar un bote para ir de pesca entre las lanchas y disfrutar la vista a las casas de techo rojizo. O bien, visitar las playas de Lemonakia o Tsambou para después ir a comer o tomar algo en los bares y cafeterías locales.
Para los amantes de la cultura, Pythagorio, Patrimonio Mundial por la UNESCO, es el lugar perfecto. Aquí se encuentran atractivos como el Templo de Hera, la Torre Logothetis el Museo Arqueológico de Vathi y las paredes fortificadas. En ellos se traza un recorrido lleno de arte y cultura, donde se pueden apreciar detalles arquitectónicos de la antigua Grecia, así como esculturas y objetos de la civilización
Otros planes para amantes de la naturaleza incluyen dar un paseo en bote por alguna de las varias playas de la isla, o bien, visitar las cascadas de Patami. Sin importar que se esté recorriendo el Monasterio de Panagia Spiliani o caminando por las calles antiguas de pueblos como Manolates y Ambelos, lo único que se hará en Samos es disfrutar del ambiente y la belleza que la rodea.
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Los viñedos de Samos
Los amantes del vino encontrarán en Samos un paraíso, pues la tradición vinícola de la isla viene desde muy atrás en la historia griega. En el monte Ampelos se encuentran varios viñedos donde cultivan uva Moschato, la cual aporta lo necesario para producir el Samos Muscat Blanc à Patits Grains, uno de los vinos más emblemáticos de la isla.
Gracias al suelo de Samos, cuyo terreno es profundo y con buen drenaje, las raíces de la vid alcanzan profundidades suficientes para alimentarse y ayudar a que las vinícolas produzcan vinos maravillosos.
Contrario a lo que se pensaría, en la isla griega de Samos solo hay una productora de vino, la Unión de Cooperativas Vinícolas de Samos, integrada por 25 cooperativas de la región desde 1934. Producen tanto vino seco como dulces, siendo estos los más famosos en el mundo gracias a la uva Moscatel.
Los viñedos de Samos están distribuidos aprovechando la variedad del terreno, con la mayoría manteniendo una forma semicircular de anfiteatro con hasta 900 metros sobre el nivel del mar. En los pueblos de Manolates, Ampelos, Vourliotes y Stavrinides se encuentran los principales, y algunos están abiertos al público para que recorran el terruño, la bodega y terminen con una cata. Además, en Vathi se encuentra el Museo del Vino de Samos, donde hay máquinas de elaboración del vino, fotografías y mucha información sobre el proceso tradicional de las vitivinícolas.
Samos es la isla griega a la que todo amante del vino debe acudir cuando se encuentre de viaje por Grecia. Sobre todo si también se disfruta estar rodeado de naturaleza y pasear por calles acogedoras en las que parece que el tiempo se detuvo hace cientos de años. Planea el viaje a esta parte del mar Egeo y sorpréndete con la variedad de actividades que hay.