Ibiza vuelve a convertirse en el epicentro del lujo con la llegada de la pop-up Store de Jacquemus, la firma francesa que redefine el chic con alma del sur. Este verano, la Maison francesa se apodera de Cala Jondal, una de las playas más codiciadas de la isla, con una experiencia inmersiva que combina moda, gastronomía y paisajismo sensorial.
El diseñador ha tejido su imaginario provenzal en colaboración con el reconocido restaurante Casa Jondal, transformando el enclave en un refugio dorado donde la estética solar se vive con cada detalle.
Un beach club y pop-up store de Jacquemus
En este universo efímero, cada rincón grita Jacquemus: desde sombrillas y camastros tapizados en patrones de lunares y rayas XL, hasta cojines, sillones y detalles textiles en tonos cítricos y neutros de su última colección La Croisière. Como guiño a la tradición mediterránea, el espacio incorpora una pista curada por el propio Simon, quien la define como “una joya inesperada” en medio del paraíso.
La boutique más deseada del verano
Pero no solo se trata de relajarse con vistas al mar. La pop-up store de Jacquemus, ubicada en el corazón del restaurante, alberga una cápsula exclusiva diseñada especialmente para esta temporada. Las piezas, bañadas en tonos amarillos y beige, incluyen desde vestidos esculturales hasta accesorios codiciados como bolsos y sombreros de ala ancha.
La colección captura la esencia de la Riviera Francesa pero la reinterpreta con el hecho de Jacquemus como un fenómeno global.
Este espacio efímero estará abierto al público hasta el final de la temporada, prometiendo ser el hotspot donde se cruzan el diseño, la indulgencia y la brisa del mar balear.
Ibiza, más allá del glamour: qué hacer en la isla blanca
Mientras el universo Jacquemus se despliega en Cala Jondal, Ibiza sigue revelando sus múltiples rostros: historia, naturaleza, espiritualidad en cada rincón de la isla. Para quienes buscan algo más que sol y playa, un paseo por Dalt Vila, el casco antiguo amurallado, es casi obligatorio.
Entre calles empedradas, galerías de arte y tiendas con encanto, el visitante se sumerge en la esencia más auténtica de la isla, con vistas panorámicas que cortan la respiración.
Al caer la tarde, el magnetismo de Es Vedrà se convierte en ritual. Este imponente islote rocoso, envuelto en leyendas, es el escenario ideal para contemplar la puesta de sol más mística del Mediterráneo. El día puede continuar con una visita a los mercados artesanales como Las Dalias, donde el espíritu bohemio de Ibiza cobra vida entre túnicas bordadas, joyería étnica y decoración con alma.
Para quienes priorizan el bienestar, la isla ofrece experiencias sensoriales en spas de lujo frente al mar, como los del icónico Six Senses Ibiza, donde tratamientos holísticos y rituales personalizados se fusionan con el sonido de las olas. Y si la idea de explorar más allá se impone, una excursión a Formentera —la hermana menor de Ibiza— regala playas de aguas turquesa, arena blanca y una energía slow que contrasta con la intensidad vibrante de su vecina.
