Viajar en avión no solo implica llegar a nuevos destinos, sino también disfrutar de una experiencia diseñada para el confort del pasajero. Un elemento clave de esta experiencia es el servicio de alimentos a bordo, un proceso que mezcla logística, innovación culinaria y estándares de calidad para llevar deliciosos platillos a miles de metros sobre el nivel del mar.
Tras cada comida servida a bordo hay un complejo procedimiento que garantiza seguridad, higiene y un sabor impecable, desde la creación del menú hasta su presentación en tu asiento.
LEE MÁS: Alimentos que están prohibidos en el equipaje de mano
El nacimiento de un menú
Todo comienza con la definición del menú, que varía dependiendo de la clase del vuelo: Clase Premier o Clase Turista. Para diseñarlo, se consideran factores como la temporalidad, la región de la ruta y los ingredientes disponibles en el destino. Este análisis inicial asegura que cada comida refleje el espíritu del trayecto.
Después, chefs especializados participan en sesiones de asesoría para afinar las recetas, las porciones y los costos. A partir de estas reuniones, se realizan pruebas de los platillos. Solo las opciones que destacan por su sabor, atractivo visual y consistencia logran integrarse al menú final. Todo este proceso puede tardar hasta un año.
La ciencia detrás del sabor en el aire
Una vez seleccionados los platillos, se da prioridad a que mantengan sus propiedades organolépticas: color, sabor, textura y aroma. La conservación es crucial, por lo que cada alimento se somete a un estricto control de temperatura desde el momento de su preparación.
Tras ser cocinados, los platillos se etiquetan y colocan en los “trolleys”, carritos diseñados para conservar la frescura de los alimentos. Estos son transportados en camiones con refrigeración desde la cocina del proveedor hasta la aeronave, asegurando que la cadena de frío nunca se rompa.
Una vez en el avión, los “trolleys” se colocan en lugares estratégicos para que los sobrecargos puedan ofrecer un servicio ágil y eficiente. Este proceso, conocido en la industria como comisariato, requiere coordinación precisa para cumplir con los tiempos y estándares de las aerolíneas.
El toque distintivo de Aeroméxico
Aeroméxico, por ejemplo, incluye menú a bordo en todas sus rutas de mediano y largo alcance, adaptándose a las necesidades de sus pasajeros con 13 opciones diferentes, que incluyen versiones kosher, vegetarianas, sin gluten y sin lácteos.
En vuelos hacia Asia, como los que conectan con Tokio y Seúl, los menús cuentan con un diseño especial a cargo de chefs internacionales como Minae Seo y Miriam Moriyama. Estas propuestas no solo ofrecen una inmersión en la cultura asiática, sino que también brindan un cálido recibimiento a los pasajeros de esta región.
Ahora que sabes de este proceso, en tu próximo viaje mientras disfrutas de una comida a 30 mil pies de altura, piensa en todo el recorrido que hizo para llegar hasta ti. ¡Buen provecho!
LEE MÁS: Aeroméxico se mantiene como la aerolínea más puntual del mundo: Cirium